En The Silver Coin vimos en su primer volumen como, tras diversos pasajes, este objeto maligno nos enseño su origen en la Nueva Inglaterra puritana en el Siglo XVII, volvemos a tenerla entre los dedos. Panini Comics sigue ofreciendo diferentes historias donde una simple moneda marca la diferencia de forma absoluta.
Pecar es mi alimento
La presencia de objetos malditos es un referente dentro del terror. Desde muñecas a objetos religiosos y volviendo al remoto pasado donde treinta piezas de plata fueron la muestra de una de las mayores traiciones de la historia (aunque sea simplemente literaria para los que no crean en la religión católica). Han sido múltiples las referencias a bienes materiales que han acogido en su seno la presencia de demonios o entes cuya maldad era dominante por ejercer una influencia negativa en sus portadores o directamente los que ostentaban un título de posesión. Nuestra moneda de plata no es una excepción, es capaz de sacar lo peor de cada uno.
Su poder de atracción es prácticamente irresistible, ejerce influencia sobre su guardián y aquellos que le rodean. Extrae deseos corruptos y los retuerce más aún, como si ese fuese el objetivo que la bruja le confirió al final del tomo anterior, una maldición que reclama la sangre de cualquiera, sea inocente o pecador irredento. El precio es siempre demasiado alto una vez se ha logrado el objetivo, ríos de sangre que se perpetúan en el tiempo tras conseguir purgar la vileza de ser invencible en juegos recreativos y de azar, la obsesión del coleccionista de objetos brillantes o la corrupción económica para prevalecer ante los débiles ciudadanos segregados.
El origen del mal
La concatenación de historias, que parecen no tener más relación las unas con las otras que la presencia de la moneda maldita, son una seña de identidad de la obra pero cada cuatro entregas hemos tenido una quinta que nos ha abierto más los ojos acerca de la naturaleza real de la misma. Un recurso literario que nos ayuda a permanecer enganchados al relato, es como la promesa de encontrar algo detrás, nuestra propia moneda de plata en la búsqueda de respuestas. Porque leemos no solo por el placer de hacerlo, leemos para encontrar diversión, para hallar en el drama, la acción, la comedia o el terror esa forma de evadirnos de nuestro día a día. Y necesitamos encontrar una contraprestación, una enseñanza, una satisfacción.
Las soluciones a ciertas preguntas nos son sencillas de asimilar, también nos exigen pagar un precio, uno que estamos encantados de satisfacer, sobre todo si el premio es quedar encantados con el final de este tomo. Una obra coral que bebe directamente de la fuente que es su dibujante, Michael Walsh, autor del guión de esos episodios tan especiales que dan forma a la obra, que tan acertadamente decidió publicar Image Comics en los Estados Unidos. Al final todo está conectado, es parte del necesario camino que nos lleva a entender lo que Walsh quiere contarnos. Una historia sobre la maldad inherente del ser humano, de lo fácil que es caer en diferentes tentaciones, de dejarnos llevar por el mínimo esfuerzo para conseguir el premio mayor.
Los que tienen que escribir
Si ya pudimos disfrutar de Ed Brisson, Jeff Lemire, Kelly Thomson y Chip Zdarsky en el arranque de la historia, ahora no podemos decir que el nivel haya bajado ni un ápice. Para los números 6 al 9 tenemos a Joshua Williamson, Ram V, Matthew Rosenberg y Vita Ayala, realizando un trabajo encomiable pero con un relato que destaca entre los demás, el de Ayala y su referencia a la realidad del Bronx de los años setenta. Un relato que refleja la crudeza social de la marginación, la pobreza y la forma de aprovecharse de ello por parte de los que no tienen escrúpulos, con la maldita sombra del dinero ensuciándolo todo.
A pesar de contar con un final que deja satisfecho, este no es el final de The Silver Coin. La serie cuenta con otro arco completo que terminó de publicarse en USA en octubre del año pasado y de momento supone el final de esta antología de terroríficos relatos. Para ella se ha contado con James Tynion IV, Stephanie Phillips, Johnnie Christmas y Pornsak Pichetshote como guionistas invitados a esta maravilla que dirige con mano firme Michael Walsh, que vuelve a reservarse la autoría completa del episodio 15. Este 2023 la tendremos completa por aquí y si nada lo impide la reseña podremos ofrecérosla en Cinemascomics, aunque es mejor que corráis a por el comic.
