El soldado inmortal vuelve a la lucha, y esta vez no lo hace sólo. Bloodshot se une a sus enemigos para tener una oportunidad de vencer a la corporación Harbinger.
Joshua Dysart une fuerzas con Christos Gage para dar a luz una renovación dentro de la guerra del soldado perfecto. Nuevos compañeros, aliados por conveniencia y las mismas misiones imposibles para Bloodshot. El premio: su identidad real.
Abandonábamos a nuestro (anti) héroe en manos de la corporación Harbinger tras los acontecimientos de las ‘Guerras Harbinger’. Convertido en un sujeto de experimentación Toyo Harada y los suyos deciden que algo tan poderoso para hacer frente al Psiot más poderoso del planeta merece la pena ser diseccionado. El Proyecto Espíritu Renacido, a medio camino de la reconstrucción, decide apostar fuerte por los anteriormente disueltos H.A.R.D. Corps para fortalecerse. Recluta nuevos miembros y recupera a los últimos que quedan. La guerra tiene que continuar y se necesitan soldados. Y esta vez necesitan que Bloodshot esté de su lado. Y primero hay que rescatarlo.
Joshua Dysart sigue jugando con sus personajes para crear una linea de batalla clara, todo el mundo contra Harbinger.
La corporación que domina el mundo en secreto tiene que ser derribado, con cualquier arma disponible. Los H.A.R.D. Corps son la mejor tras Bloodshot, y hay que rearmarla. Y , ¿cómo reclutas a alguien par que trasteen en su cerebro, le acorten la vida, lo vuelvan loco probablemente o muera en una misión? Buscas desesperados, fanáticos y héroes. Y así es como Dysart engancha al lector, con un grupo de personajes variopintos y floridos que pueden resultar estúpidos, entrañables y odiosos, pero ninguno de ellos es común y corriente. Sus relaciones, su pasado y sus capacidades sean puestas a prueba por el oficial veterano que queda del grupo original: el Mayor Palmer, y es un hueso muy duro de roer.
Estos nuevos miembros tienen muchos defectos, pero también razones para hacer lo que hacen. Coraje, honor, familia, deber, el sacrificio que hacen tiene sentido. Esto hace que una serie de un unico personaje con pocas relaciones personales, se tenga que sumergir en un pequeño microcosmos cambiante de hombres y mujeres muy peligrosos. Y cuando digo cambiante lo digo en serio, las misiones de los H.A.R.D Corps son las más duras, no vuelven todos sus miembros de ellas. Y para liderarlos, que mejor que un hombre inmortal. Pero ¿cómo convences a alguien que quiere verte destruido para que trabaje para ti? Entrégale lo que más ansía, dile quien es, dale el primer paso a ese camino que está desesperado por recorrer. Que tu enemigo te necesite.
Dysart tiene un nuevo socio en esta etapa:
Christos Gage. Conocido por ser parte del equipo que ideó el ‘WorldStorm’ en Wildstorm, haber guionizado ‘StormWatch’, ‘The Authority’, y haber pasado por las grandes majors. Es en trabajos más independientes donde más ha demostrado, pero siempre cumple en su trabajo en toda obra en la que participa. Gustoso de la acción y con cierto gusto por los dilemas morales, supone un añadido muy interesante a Bloodshot.
Y dentro de este tomo número 4 que Aleta trae a España, encontramos el número cero de la serie. Una historia corta de Matt Kindt que explica el proceso dela creación de la matriz para controlar al soldado invencible, y también da pistas del porqué falló. O porque recuperó su humanidad en un momento dado. Y de propina, una historia corta humorística que sirve de presentación de buena parte del plantel de Valiant, y que además hará que el lector se tronche de risa con los resultados de este extraño “casting”.
El arte se divide en las mismas partes que las historias. La principal corre a cargo de Emanuela Lupacchino, el número 0 es de Chris Chross, y la historia corta de Edwin Huang Este último ya ha hecho intervenciones para webcomics de Valiant, sobre todo para ‘Quatum & Woody’, siempre dentro del terreno cómico, como si de un sketch de ‘Saturday Night Live’ o, más patrio, José Mota se tratara.
Chross en su número prefiere cubrir de sombras la creación de un monstruo, un experimento que dará a luz un ser hecho para matar. Acertado y en ocasiones deprimente, al igual que la historia, resuelve acertadamente el tono emocional que envuelve a un científico que intenta mejorar un arma por medio de conciencias robadas. Y Lupacchino es el grueso del tomo, y cumple sobradamente con lo que se pide, corrección en las figuras, dinamicidad y espectacularidad, esto es una película de acción y la velocidad a la que lees es la velocidad de las balas y las explosiones.
Cambios en una serie que llevaba un gran camino. El héroe de acción más brutal de Valiant recibe más pólvora para quemar. Una gran decisión que ha resultado acertada, cambiar antes que la colección se estanque, evolucionar antes que perder calidad. Y lo hacen bien. Y con tiroteos, y explosiones, y un puñado de personajes que no sabemos si merecen una serie o una habitación en un manicomio.