El final de Bloodshot ha llegado. Los H.A.R.D. Corps y el hombre de los nanobots alcanzan los dos años de publicación, y lo celebran con el final de una época. Porque todo lo bueno se acaba, y lo malo también, es hora de zanjar asuntos, de desvelar secretos, y de que muera mucha gente.
El pasado viene a patear el culo a los H.A.R.D. Corps, y Bloodshot tiene que apechugar con ello. Los primeros humanos modificados, los primeros psiot que el Proyecto Estrella Renacida adquirió vuelven más poderosos, más cabreados, y por encima de todo, con ansias de venganza. Pero ahí no acaba la historia, una muerte, una mentira, y toda la amistad y camaradería se destruyen, confianzas traicionadas, venganzas e ultima hora y secretos que obligan a sus poseedores a no poder mirar a la cara a sus superiores, las mentiras del gobierno del Proyecto, de sus doctores, de sus cuidadores, son demasiadas, y cuando se revelan el resultado es impredecible.
En este quinto tomo termina una época para la serie del pálido soldado, Valiant prometía que no dejaría que sus series se quedaran quietas, cuando empezaran a ser como el resto cortarían y empezarían de nuevo. Y lo han cumplido. Así, en este quinto tomo finaliza Bloodshot, pero también en su tomo cinco lo hace Harbinger. El cambio es inevitable, y Valiant lo abraza.
Aunque la historia principal es el final de Bloodshoot con el Proyecto Estrella Renacida (P.E.S.), lo más interesante se encuentra un poco más adelante. Dos terceras partes del tomo son como siempre ha sido la serie, confabulaciones, grandes peleas y sangre por doquier, acción a raudales y adrenalina a tope. Joshua Dysart y Christos Gage saben que lo que buscas cuando compras un cómic de este tipo, y lo dan en grandes cantidades. Pero es el número cero el que más descubrirá al lector sobre los H.A.R.D. Corps, sobre el P.E.S., sobre cómo sus principales valedores aprendieron de errores para mejorar el programa, de sus sentimientos, del porque de muchas cosas, un numero que añade mucho fondo a estos supersoldados, los vuelve parte de un legado de patriotismo, horror, honor y miedo.
Tras el final de todo, diferentes guionistas como Peter Milligan o Duane Swyerczynski añaden su pequeño granito a esta despedida, no amarga, porque Bloodshot volverá, porque no ha acabado la historia del hombre con nanitos por sangre, pero sí que la hace más intensa, con historias en las que la personalidad, el proceso de borrado de memoria, el aprendizaje sobre lo que es Bloodshot, fue, o será, toman el control sobre los pequeños relatos, llenando huecos, y creando nuevos ángulos obre este personaje, que es mucho más que un Punisher al estilo Valiant.
En el apartado grafico hay una buena mezcla de artistas, sobre todos ellos destaca Bart Sears, viejo conocido de Valiant que ilustraba las andanzas de otro personaje de la casa, Aric de Dacia, el portador de la X O Manowar, en la anterior encarnación del visigodo en los noventa, antes de la desaparición de la editorial debido a la mala administración de Acclaim. Sears sigue en forma, y sus demostraciones de puro poder siguen impresionando, hacía tiempo que no gustaba de su arte crudo y potente, que narra a base de golpes, quizás no sea el mejor comunicador de emociones, pero sabe dibujar una pelea para que se noten los golpes en el lector.
Con ‘Bloodshot. Tragad Plomo’ termina la serie del personaje, pero no sus andanzas en el universo Valiant. Volverá, el supersoldado tiene mucho que hacer, el P.E.S. sigue vivo, pero su mejor baza ya no está, y los H.A.R.D. Corps están dañados, tocados, ya no son efectivos, porque las dudas que existían han sido reforzadas, confirmadas, afirmadas tanto como para comenzar su propia conspiración.
Bloodshot no es un cómic sesudo, no se valora por sus subtramas complicadas, que las tiene, ni por la profundidad de sus protagonistas, que la tienen, si no por ser puro entretenimiento y acción a raudales, cumple de sobra. Te da de puñetazos hasta que te das cuenta que hay mucho más allá de humanos superpoderosos, plomo y sangre, es un cómic de acción, pero hay muchos tipos de acción en el cómic.
