Ni Colin Farrell consigue salvar ‘Dead Man Down’ del desastre
Llega bajo una gran expectación lo último de Niels Arden Oplev, responsable de la primera entrega de ‘Millennium’. ‘Dead Man Down’ es el primer filme en Hollywood del director sueco, caracterizado por sus personajes obsesionados con la venganza. Llama la atención que la productora sea WWE, mundialmente conocida por sus combates de lucha libre y que hace unos años comenzó a producir filmes de ficción protagonizados por luchadores profesionales como John Cena. Parece ser que ahora buscan producir filmes más serios y complejos como lo pretender ser ‘Dead Man Down’. La película, aparentemente, lo tiene todo para triunfar: un buen reparto, un director en alza y una historia tan original como llevar flores a una cita; un hombre al que se le ha dado por muerto y que trata de vengar a su familia asesinada.
Victor (Colin Farrell), el chico, conoce su vecina Beatrice (Noomi Rapace), la chica, y día tras día se observan a través de la ventana. Un día, Beatrice decide dar el primer paso y dejarle una nota a Victor en el buzón. Se encuentran, cenan, conectan,… No, no es una película de Jennifer Aniston, porque Colin Farrell es un mafioso húngaro y Noomi Rapace es una chica trágicamente desfigurada por un conductor ebrio. Juntos compartirán su lado más oscuro y sus deseos de venganza, verdadero motor que articula sus vidas. En el fondo, se trata de una historia de amor con un planteamiento inicial un tanto atípico y que en un principio logra sorprender al espectador. Por eso, resulta una lástima, y una decepción, que sobre la mitad de metraje, la película caiga en los tópicos más absurdos del género de acción y de las películas de gánsteres.
Si los espectadores no son muy exigentes, puede llegar a funcionar en taquilla porque la película de Arden entretiene, aunque no aporte absolutamente nada nuevo, y Farrell vuelve a hacer un gran trabajo. ¿Qué ofrece entonces? Tiroteos caóticos a ritmo de ‘dubstep’, un ‘boy meets girl’ de libro y unos personajes tan huecos como el guion que los dio a luz. Aun así se deja ver y llega a entretener gracias a la solvencia de Arden. No obstante, si te la pierdes no sufras, la cartelera está plagada de este tipo de filmes de clichés durante todo el año.
Lo mejor: el empeño de Colin Farrell por salvar a la película del desastre y que en ocasiones lo consiga.
Lo peor: los flagrantes errores narrativos que te sacan completamente de la historia.