Crítica de la película de ciencia ficción Sharknado 2.
La repercusión alcanzada por ‘Sharknado’ demuestra que en ocasiones la serie Z puede convertirse en un fenómeno de masas y trascender su minoritario ámbito de influencia. La productora The Asylum ha creado una franquicia en torno al delirante planteamiento de una tormenta de tiburones y, un año después del original (del que ya publicamos la crítica en CMC), ha estrenado en televisión ‘Sharknado 2. The second one’. Fiel a los parámetros del cine basura, la secuela apela a la complicidad del espectador y busca entretener a costa de sus evidentes defectos técnicos y de guión mientras establece un juego referencial alusivo al universo de la saga.
Los guiños se reflejan en la icónica motosierra con la que el protagonista elimina a los tiburones. La película, sustentada en la desvergüenza, lleva al extremo su parodia de las historias de catástrofes y potencia los momentos de humor, si bien ha perdido el factor sorpresa.
Entre el amplio catálogo de situaciones esperpénticas, y al margen del inenarrable clímax que aquí no se va a desvelar, destacan la secuencia inicial en el avión, la aparición de los tiburones en el metro o en un campo de béisbol, donde los bates se utilizan como arma. El argumento repite el esquema de su predecesora, con la diferencia de que ahora los hechos acontecen en Nueva York en lugar de en Los Ángeles. Los diálogos simbolizan el espíritu de The Asylum y vuelven a resultar ridículos. Una frase prevalece sobre el resto: “Ese tiburón no dejaba de mirarme”. Está a la altura del “odio a los tiburones porque mataron a mi abuelo” de la primera parte.
Tráiler de Sharknado 2:
Ian Ziering (‘Sensación de vivir’) repite su papel de héroe, que lleva aparejado un risible trasfondo dramático, y encabeza de nuevo junto a Tara Reid un reparto de saldo compuesto por actores acabados. Vivica A. Fox (vista en ‘Kill Bill’) y Kari Wuhrer se incorporan a una saga que incluye varios ‘cameos’. Anthony C. Ferrante se mantiene al frente de la dirección.
Lo mejor: el esperpento vinculado a las apariciones de los tiburones.
Lo peor: el resto (es una producción de The Asylum, no puede considerarse cine).
Puntuación: 2/10.