Si Batman desaparece ¿El Joker tendría sentido? J.M. DeMatteis estudia la psicología de la relación entre el payaso y el murciélago más allá de las máscaras y el maquillaje.
Batman: Legends of the Dark Knight era un ejemplo de colección contenedora donde los autores podían plantear historias que aunque estaban en continuidad, no continuaban las sagas de la serie regular. Este tipo de series venían de la época de Jim Starlin en el personaje, que buscaba una nueva forma de trabajar con el murciélago. El método se ha conservado, pero no ha recuperado las pequeñas joyas que dieron autores como Grant Morrison, Dennis O’Neil, Steven Grant o J.M. DeMatteis acompañados de legendarios artistas como Klaus Janson, José Luis Garcia Lopez, Mike Zeck o Joe Staton
Decía hace años el veterano guionista Chuck Dixon que una historia con el Joker podía elevarte o hundirte sin remedio. Es un personaje complejo que muta con cada época, que se actualiza o regresa a sus orígenes primigenios sin aviso previo. Muchos autores han tratado de analizarlo, definirlo o clasificarlo. La mayoría no han podido encasillar al Joker, han aportado y dejado huellas más o menos importantes en él. Pero nunca se ha dejado atrapar, y eso lo hace interesante siempre.
La figura de J.M. De Matteis
En esta ocasión es el gran J.M. De Matteis el que se lanza a la aventura del payaso del crimen, y se pregunta qué puede hacer un cómico sin público, un villano sin héroe. No deja ahí la historia, porque Batman también sufre esa relación extraña, la ira que lo posee se ve multiplicada cuando el Joker entra en escena, pero si su enfermedad se agrava, ¿no es entonces él mismo parte del problema?
El guionista nos emplaza en otra de las “actuaciones” del Joker, una masacre, que completa con un secuestro a una concejala de Gotham. El caso acaba con Batman muerto, y el Joker sin nada que hacer excepto volverse cuerdo y construirse una vida. EL exagerado bufón se convierte en un apocado hombre que descubre el amor tras mucho tiempo solo Mientras, sanar de las heridas es fácil, Bruce Wayne ha sufrido muchas, pero sanar almas es algo que solo unos pocos pueden hacer, y ser ese tipo de personaje, no parece el método de Batman.
De Matteis es un especialista en la psicología de los personajes, en los cambios de paradigma, en alejarlos de su zona de confort, Y sobre todo, de reafirmarlos en su esencia, con algo nuevo siempre. Reforzando al hombre sobre el murciélago y al payaso sobre el hombre. No estamos ante La última cacería de Kraven pero con Batman y el Joker en lugar de Spiderman y Kraven, Los personajes funcionan de una forma muy diferente, y estudiar esos caminos es la firma del escritor. Encontrar elementos que definen la personalidad y su objetivo vital, que nos enseñen que son mucho más que arquetipos primordiales que usamos para analizar miedos y superar las dificultades de la vida, es lo que hace diferente la escritura del norteamericano.
El dibujo de Joe Staton
En el terreno gráfico encontramos a un artista que dejó una buena etapa en Green Lantern tras la salida de Dave Gibbons, y que ha trabajado en buena parte de los personajes de DC: Joe Staton. Tiene un estilo clásico, pero que evolucionó en una particularidad, cierto tono caricaturesco que añade expresividad y algo de locura a sus cómics. Claro y definido con un contraste muy alto y marcado que no deja lugar a grises, deja claro que la historia es lo principal, pero añadir algo más es su misión, y siempre lo cumple.
Joker. Volverse cuerdo es una historia que no ha pasado desapercibida por autores posteriores que aprovecharon algunos detalles, la necesidad de amor y compañía de una parte del Joker, y su relación casi simbiótica con Batman. No es lo mejor que ha escrito DeMatteis, ni la cumbre del arte de Staton, pero es una buena historia del hombre murciélago.