‘Intelligence’ era una de las bazas de la CBS para esta ‘midseason’, con Josh Holloway (Sawyer en ‘Lost’) como protagonista y con una premisa con bastante potencial. El piloto hizo buenos números, consiguiendo 16 millones de espectadores (ya sabemos la expectación que suelen despertar los personajes de la isla), pero su segunda emisión se hundió de manera histórica, perdiendo 10 millones de espectadores. ¿Maldición post-Lost tipo ‘Alcatraz’ o ‘666 Park Avenue’? No, simplemente es el resultado de un producto mediocre (que dicho así suena muy mal, pero la RAE dice que significa de calidad media o de poco mérito tirando a malo, así que sí, me quedo con mediocre).
La ficción nos presenta a uno de los mejores agentes de la alta inteligencia de EE. UU., Gabriel Vaughn (Holloway), al que se le ha implantado un chip en el cerebro. El chip, que actúa prácticamente como un sentido más, está conectado a Internet y al GPS, de manera que tiene acceso a cualquier información que esté digitalizada. Incluso tiene una funcionalidad que nadie esperaba, puede recrear situaciones en 3D como resultado de combinar la información recopilada sobre el acontecimiento con la imaginación de Gabriel.
Hasta aquí todo muy bien, pero se necesita más para crear una buena serie. En ‘Intelligence’ los personajes están demasiado estereotipados. Está el super agente listo, guapo y rebelde que necesita una super guardaspaldas porque hay que proteger el chip. ¿Y quién es el mejor guardaspaldas de todos los Estados Unidos? Meghan Ory, la guardaspaldas buenorra, y cómo no, ambos tienen química desde el minuto cinco (los cuatro primeros se odian). También tenemos a la super jefa que parece muy dura pero en el fondo el super agente es su ojito derecho y le permite todo.
No es lo que me esperaba, podrían haber arriesgado más con personajes menos “aspiracionales” (que no existe en la RAE pero está muy de moda) y creando una estructura narrativa más original. ‘Intelligence’ se queda en un producto de ciencia ficción, con buenas dosis de acción y con unos actores que cumplen y tienen buena química. Lo bastante entretenida como para que no se haga pesado su visionado pero no lo suficiente como para convertirla en “serie que hay que ver”. Además, con los datos que está haciendo no creo que aguante demasiado, ni siquiera creo que pueda acabar la temporada. Y no puedo irme sin hablar de sus títulos de crédito, los más cutres que he visto hasta la fecha, pero la serie no lo es tanto, es, como decía, de calidad media tirando a mala.