El mundo en el que se mueven los Hombres Hormiga suele estar a otra escala, una muy reducida, donde las Partículas Pym convierten todo en una enorme amenaza. Panini Comics se reduce de tamaño para este tomo con la nueva miniserie de cuatro números y un par de historias clásicas de los hermanos Lieber, Stan y Larry.
Mucho Hombre Hormiga
La historia nos ha deparado a diferentes personajes que se han puesto las calzas de lycra del disfraz de Ant-Man, como se le conoce en el Universo Cinematográfico de Marvel. Desde Hank Pym, creador de las partículas que llevan su nombre y primero de los Hombres Hormiga, a Scott Lang, cuya dilatada carrera le ha llevado a pasar hasta una temporada muerto, pasando por Eric O’Grady, un villano de medio pelo que terminó protagonizando la divertidísima cabecera de Incorregible.
Ahora, un misterioso viajante de un lejano futuro, se les va apareciendo para reunirles y llevar a cabo una misión que solo está al alcance de sus poderes, un Hombre Hormiga misterioso que recorre la línea temporal para sacarles de diferentes puntos de sus experiencias vitales, a Hank Pym de sus primeros pasos en la profesión de superhéroe y a Eric O’Grady que convive con la muerte de Scott Lang en los sucesos de Vengadores Desunidos. En cada caso podemos sentirnos identificados con la diversidad que representan pues desde luego no se parecen ni en el traje que portan, cada uno con sus variaciones correspondientes, de lo contrario sería difícil distinguir a alguno de ellos.
Menudo Hombre Hormiga
Scott Lang es sustraído de una época más actual, con su hija Cassie portando el uniforme de Aguijón. La reunión completa les llevará a enfrentarse a su peor pesadilla, Ultrón, la creación rebelde de Pym que en su manifestación actual comparte cuerpo con el aquel al que llama “padre”. Al Ewing lleva a cabo un relato bastante flojo, poco inspirado, que bebe de muchas fuentes diferentes pero para nada sorprendentes. Reunir a diferentes encarnaciones de un personaje extrayéndolo de diferentes líneas temporales, utilizar la plataforma temporal del Doctor Muerte para ello, tener que enfrentarse a una amenaza que cada uno sería incapaz de derrotar…
Por desgracia flaco favor se hace al mito del personaje a pesar de intentar homenajear diferentes facetas del mismo, villanos que provienen de los primeros ejemplares de Tales to Astonish, o las singularidades de cada uno de ellos. Ni siquiera la inclusión de dos aventuras pretéritas del Hombre Hormiga consiguen ofrecer un conjunto decente que pueda servir de reclamo al lector o a aquellos que estén deseosos de hincar el diente a algo donde salga Lang, tras protagonizar recientemente su tercera película, Ant-Man y La Avispa: Quantumanía.
Mejor Hombre Hormiga
Topar con el dibujo de Tom Reilly supone al menos poder apreciar el esfuerzo por tener un dibujo adaptado al aspecto retro del inicio de la miniserie. A partir del segundo número abandonamos un tanto ese detalle que recuerda a la edad de plata pero tampoco es enormemente destacable. Todo es turbio, inconexo, con unos héroes que parecen ni preguntarse ciertas cuestiones importantes sobre lo que sucede alrededor suyo. Como si les pareciese normal encontrarse con alter egos suyos que no deberían estar ahí. Pym no se pregunta por qué no sigue siendo el Hombre Hormiga, O’Grady da por bueno que Lang campe por allí cuando ha fallecido recientemente…
Demasiado por aceptar por parte de los aficionados, que parecen ser meros adláteres de lo ilógico. “Esto es lo que hay, no le deis más vueltas”, parecen decirnos desde Marvel, y los que pagamos por el producto tenemos que tragar. Cuando se hacen bien las cosas hay que decirlo pero también hay que ser críticos con algunas tomaduras de pelo y este tomo va muy justito, da por sentadas muchas situaciones y por ello no tenemos más remedio que no recomendarlo, ni siquiera a aquellos que no puedan tener libre un hueco en su colección del Hombre Hormiga. Producto prescindible y sin valor de cara a la continuidad.
