El Regalo de Freya es una pequeña película muy mona que es perfecta para esas reuniones familiares en las que tienes que tranquilizar a los más pequeñitos.
Lo primero que hay que mencionar de la película es que técnicamente es un gran anuncio para la línea de juguetes japonesa, Sylvanian Families. Esto no es nada malo, ya tenemos ejemplos de como esta técnica de marketing puede resultar en buenos productos, como la franquicia de Transformers o las Lego Películas.
Y la verdad está bastante bien desarrollada, pero hay que tener en cuenta para quién está hecha. No es posible qué cuando la hicieron, tuvieran en cuenta un público de más de tres años. Y otra vez, no hay absolutamente nada malo con eso. Es un público que alguien tiene que explotar.
El único problema es que si eres el padre de que la este viendo, no estarás muy cómodo. Aunque solo es una película algo corta de una sola hora, se te hará bastante larga. Pero seguro que los niños se lo pasaran pipa.
Un detalle muy chulo es la animación, aunque está hecha totalmente hecha por ordenador, todos los personajes y escenarios están diseñados para que parezca juguetes, para darles más similitud a las figuras reales, así que tienen una estética muy parecida a una animación hecha por stop motion. Lo que añade mucho a la estética tan mona que querían transmitir.
Y para ponerse un poco más crítico es un poco difícil, ya que para este tipo de películas hay que aplicar un contexto mucho más complicado. Pero se podría decir que lo que en otras películas es un fallo imperdonable, pero aquí se podría decir que es su punto fuerte.
La historia es impresionantemente simple, podrías pasar toda la película si prestar atención y aun así te enteraras de toda la historia. Aunque eso normalmente la haría aburrida, en este caso eso la hace fácil de seguir hasta para los chavales más hiperactivos. Eso demuestra muy buen entendimiento de como hacer una película de este tipo.
Lo único que sí que es un problema es la comedia, no hay mucha. Normalmente, es de esperar que en el cine infantil la comedia sea un elemento fuerte, pero aquí es tan secundario que casi no se nota. Lo poco que hay es limitado a alguna situación graciosa, pero dura poco.
El foco es la estética y las lecciones morales, como en muchas películas hechas para pequeños. Las lecciones so lo de esperar, sé amable, no rompas cosas, aprecia la naturaleza, lo de siempre.
Pero lo bonito es el escenario, que es el de un pequeño pueblo japonés en las montañas, así que le da u contexto muy bonito que hasta te podría recordar a Doraemon, en la manera que enseña como es ser u niño en Japón.
Así que si eres un padre puede que te quieras arrancar las uñas si la ves, pero hazle un favor a tus pequeñines y enséñales la peli. No será una película que recordara toda su vida, pero sí que la disfrutaran en el momento.