El pasado Día del libro fue el primero que firmé viviendo en Zaragoza. Por la mañana estuve en Fnac en lo que sin duda puede decirse que era un ambiente distendido y por la tarde en la parada de Taj Mahal Cómics cerca de Plaza España, ahí el ambiente era más bien festivo. Y es lógico, el Día del libro es una celebración estupenda, además el 23 de abril se junta con que también es el día de Castilla y León y Aragón, así que me pilla bien de cerca por todas partes (soy vallisoletano, vivo en Zaragoza y además de periodista soy escritor).
Y mientras esperaba la llegada de alguno de mis lectores, no os engañaré diciendo que fueron a centenares (pero fueron, al menos algunos), vi a una madre reprender a su hijo por mirar cómics. O más que reprender lo que dijo fue “Eso no te interesa, son cómics” y dado que el crío era todavía pequeño, no debía llegar ni a los doce años, hizo caso y soltó el tomito que tenía entre manos.
Pero… si lo cogió en primera instancia fue por verse atraído por el mismo. Por el dibujo de la portada, por los colores, por recordarle a alguna serie… ¿Quién sabe? Lo único cierto es que fue así y eso debería haber sido todo. El niño tendría que haberse ido de allí con él, quizá ahora el mundo de las viñetas tendría un nuevo lector.
Claro que quizá lo que sucedió en realidad es que la madre no tenía ganas de pararse y que fuera más a ella a la que no le interesaran los tebeos. Elucubro pero por desgracia es algo muy común, todavía hoy hay un sector importante de la población que considera que los cómics son algo de segunda clase (y no, no hay lectura de segunda clase). Es cierto que hay historietas que solo son para pasar el rato y otras que ni llegan a serlo, ¿y qué? Todos los que leemos podemos dar del tirón varios títulos de novelas que no hacen más que lo mismo y es que además eso no es algo malo, hace falta lectura ligera y divertida.
Pero me estoy desviando del tema, del interés de un niño pequeño por un tebeo. Quizá iba a ser el primer cómic de su vida, puede que la historia que por fin hiciera que leyera del tirón, pero no será así. Nunca sabremos si de ahí habría nacido un nuevo lector, otro autor, quizá alguien que en un futuro iba a revolucionar ese campo… Pero ya sabéis, solo son cómics.
Y así seguimos en pleno 2023.
