Los asesinos en serie han sido una gran mácula desde el principio de los tiempos. La salud mental es protagonista de la mayoría de los casos. Panini Comics afila los cuchillos para dar cobertura a una macabra historia que se ha perpetuado en el imaginario colectivo gracias al cine en ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein? (Did you hear what Eddie Gein done)
¿Quién era Edward Theodore Gein?
Hablar de su diagnostico clínico, o de las causas que le llevaron a convertirse en un asesino y un profanador de tumbas y que han llenado líneas y líneas de boletines informativos desde que saltó la noticia de sus actos a mediados de los años cincuenta del Siglo XX. Sería en resumidas cuentas, la crónica de una persona a la que la vida condujo a ese punto psicótico, por culpa de un padre alcohólico y maltratador (George, 1873-1940) y de una madre ultra religiosa (Augusta, nacida en 1878 y fallecida en 1945).
Cuando Eddie Gein fue detenido en 1957. La habitación de su madre permanecía tal y como había quedado cuando murió. Ambos progenitores terminaron forjando finalmente a un monstruo difícil de digerir por parte de los estómagos menos acostumbrados a la vida dura de una granja, en mitad de la nada, en el estado de Wisconsin, Estados Unidos. Pero su legado nos ha llegado a través de otros nombres ficticios, personajes de ficción que heredaron sus características y le superaron en fama.
Influencia en el cine
Citar a Norman Bates (Psicosis, 1959), a Leatherface (La matanza de Texas, 1974) o incluso al asesino Buffalo Bill (El silencio de los corderos, 1991) seguramente nos traiga muchos más recuerdos. Todos ellos están basados en la figura de Ed Gein y sus distintas facetas. Desde la relación con su madre a la realización de objetos cotidianos, con restos óseos y de piel de cadáveres profanados o de sus propias víctimas. Al final su leyenda negra ha forjado a otros personajes tan oscuros como el original pero su propia autobiografía, con nombre y apellidos. Aun está por contar detalladamente en la actualidad, más allá de ser citado en series como “Dahmer, monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” (Netflix, 2022).
Narrativa con pocas concesiones
A la hora de contar un crónica de sucesos tan macabra como la que nos concierne. Los autores podían haber optado por crear una ficción que tomase los preceptos principales de una historia real pero lo que han hecho ha sido acercarnos al relato verdadero con pequeñas licencias que mejoran la narración. Colocando pequeños hitos en el camino para ofrecernos alguna teoría de mayor fundamento o presentarnos de forma focalizada a la prensa con dos periodistas ficticios, ante la imposibilidad de tratar con rigor a los cientos de ellos que se interesaron por el caso desde cualquier lugar de Estados Unidos.
Hacer este soberbio ejercicio no está al alcance de cualquiera. Requiere de un estudio previo muy completo, de años de documentarse, incluso de libros escritos por parte de Harold Schechter, escritor norteamericano especializado en crímenes reales como el de Ed Gein, que ha llegado a entrevistarse con testigos reales de lo que sucedió y con psicólogos que trataron al asesino de Bernice Worden y Mary Hogan, los únicos homicidios que se le pudieron imputar. La crudeza que Schechter emplea a la hora de contar la vida de Gein no repara en detalles sobre los hechos tan reprochables que se encontraron aquellos que tuvieron que detenerle y descubrir lo que se ocultaba en la granja familiar.
Colaborador necesario
Pero Schechter no es un guionista de comics al uso, y hay otra pieza de vital importancia para que esta novela gráfica vea la luz. Eric Powell, ganador de varios premios Eisner, co-guioniza esta obra y además la ilustra con un realismo que no escatima en detalles. Desde la representación de Eddie Gein a lo largo de los años, a la dureza de los restos que dejó su desequilibrada mente. Powell nos deja un relato visual de alto octanaje. Un cuidado uso del lápiz y del sombreado para una obra en blanco y negro que nos deja plasmada a la perfección la vida de una leyenda de la crónica negra sin virtudes, con los peores rasgos heredados posibles.
Conclusión
Pocas publicaciones alcanzan el carácter de verdaderos must-have. Si la novela negra, los relatos de crímenes y el lado más oscuro de un asesino están entre tus preferencias a la hora de elegir una compra de estas características, estamos ante un genial modo de descubrir, fuera de las fronteras de Estados Unidos. Quién era Eddie Gein y como las circunstancias de una vida alejada de ser perfecta le convirtieron en un asesino terrible, demente e inconsistente consigo mismo. Poseedor de una mente fragmentada, enferma, pero lo suficientemente consciente de provocar el mal de forma premeditada, fruto de una obsesión, que no le abandonó ni en las vistas en busca de ser liberado de la prisión en un Hospital Psiquiátrico, ni siquiera antes de su muerte en 1984.
Si algo tiene de negativo este volumen de Did you hear what Eddie Gein done es el tamaño, un tanto reducido respecto a la versión original. Aunque eso solo desmerece la presentación, no lo que se nos cuenta, que los personajes de ficción no suman entre todos el horror que representa la persona real que inspiró a personajes de ficción como Norman Bates o Leatherface.
