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Series de televisión

Tito Yayo: Cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor

tito yayo

Hace ya algunas décadas, un pequeño proto Mark Novoa miraba a los adultos de su alrededor y pensaba que no quería crecer nunca. ¿Por qué estaban muy ocupados y tenían muchas responsabilidades? ¡Pues claro que no! ¡A un crío eso se la pela!. No quería crecer porqué para mí ser adulto implicaba abandonar uno de los mayores placeres que había conocido hasta el momento: Los dibujos animados. No conocía a ningún adulto que los viera o realmente los disfrutara, más bien se dedicaban a babear delante de la tele, y parecía que bien podrían estar viendo dibujos o un documental sobre la mosca de la fruta, que será muy interesante, pero a la mayoría de la gente le importa lo mismo que a Rutger Hauer el guión de su próxima película.

Por suerte hace ya tiempo que las series de animación dejaron de ser algo exclusivamente para niños. Y aunque no se puede negar que siempre han existido ciertos guiños dedicados a los adultos, ahora los argumentos se han vuelto más complejos, el humor más absurdo y descarado, y cada vez la industria es más consciente de que no pueden seguir haciendo contenidos enfocados exclusivamente al público infantil, cosa que por otra parte los niños parecen agradecer, ¿Por qué esa manía de equiparar infantil a estúpido o ñoño?

Cuando la mayoría piensa en series de animación que lo petan, automáticamente lo que pasa por sus insectoides y frágiles mentes son series como ‘Los Simpson’, ‘Futurama’, ‘Phineas y Ferb’, ‘Hora de Aventuras‘ y demás series maravillosas de las que también soy fan. “¿Pero entonces porque no hablas de esas series y lo haces de esta que no le importa a nadie, Mark?” os preguntareis, mis queridos lectores. Pues hablo de esta serie y no de otra porque es evidente que esas series ya las conoce todo el mundo, todos sabéis lo mucho que molan y se han vertido ríos de píxeles escribiendo sobre ellas. En mi adalid del buen gusto, de tío que sabe, de Gurú de lo audiovisual y The Fucking Master que sabe lo que mola, me toca glorificar una serie en la que no habéis reparado, malditos frikis, que solo veis lo evidente.

Cartoon Network nos tiene ya acostumbrados a series surrealistas, psicodélicas, innovadoras y repletas de referencias a la cultura pop, pero con ‘Tito Yayo’ ha ido un paso más allá redoblando la cantidad de chistes absurdos y usando la técnica narrativa del ‘Running Gag’ para que no nos dé ni tiempo a respirar entre ellos.

Tito Yayo es el abuelo y tío de todos los niños del mundo, le acompañan una riñonera roja que habla, un dinosaurio verde apático llamado Mr. Gus, un tigre que vuela mediante propulsión a pedos arco iris y un trozo de pizza pretencioso y mitómano llamado Pizza Steve. Todos ellos viven en una roulotte estrambótica que desafía las leyes de la física clásica. Se supone que acuden en ayuda de cualquier niño que lo necesita pero el resultado de sus atenciones es siempre un despiporre caótico y con consecuencias desastrosas.

Dicho de esta manera el argumento de Tito Yayo parece hecho por un simio mutante hasta el culo de psicotrópicos, y probablemente sea así. Peter Browngardt, guionista y creador del storyboard de la serie Chowder, es el responsable de este psicodélico experimento. Pese a que el piloto fue considerado un éxito, no se dio el visto bueno a la serie, hasta que en 2012 la serie ‘Secret Mountain Fort Awesome’, creada por Browngardt, ganó el premio de Cristal a la Mejor producción de televisión en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy. Irónicamente, y pese a ser galardonada con más premios (incluidos dos Emmys), esa serie fue un completo fracaso, sin embargo ayudo a aumentar el prestigio de su creador y así ‘Tito Yayo’ vio la luz en septiembre de 2013 en la ya conocida cadena Cartoon Network.

Detengámonos un momento en ‘Secret Mountain Fort Awesome’, ambas series son hermanas y no solo porque compartan creador. Festro, un monstruo violeta con colmillos y más feo que usar el pomo de la espada de Conan para desgarrarse el ano, es el principal protagonista de esta serie y su origen es ni más ni menos que el piloto, antes mencionado, de Tito Yayo. Como no podía ser de otra manera, ‘Secret Mountain Fort Awesome’, es otra paranoia de proporciones épicas, protagonizada por un grupo de cinco monstruos marginados por alienantes y feos (si, eso de la imagen es un bicho hecho de nalgas) y relegados a vivir en una montaña igual de siniestra que ellos.

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Pero el trabajo de Browngardt no se limita solo a estas tres series que hemos mencionado, también ha trabajo en otras más conocidas por el público general, como ‘Hora de aventuras’ o la mismísima ‘Futurama’, como animador, guionista, creador de Storyboards y como actor de doblaje.

En definitiva ‘Tito yayo’, es una serie esquizofrénica, hilarante y un poco extraña, sin ningún valor educativo (y tampoco lo pretende) cuyo único fin es hacer pasar un buen rato al espectador abofeteándolo con un tsunami de humor absurdo. Y eso precisamente es lo que me hace reivindicar esta serie. Porque estoy hasta el pirulo tropical de Miko de ver comentarios que huelen a demencia senil inminente, a mierda nostálgica incrustada en las entrañas y a calzoncillo sucio mojado. Porque estoy harto de comentarios del estilo “las series de animación de ahora son una mierda, las de antes eran mejores” ¿En que eran mejores? ¿En ser siempre iguales y en darlo todo mascado? ¿En que eran facilonas, llenas de clichés y completamente previsibles?. “Es que no tienen valor educativo” diréis, pero es que no tienen que tenerlo, no es su función, recuerda cuando eras niño y tenías que aguantar interminables horas de colegio, broncas, actividades extra-escolares y todos esos adultos preocupados por educarte de verdad, de darte valores, de enseñarte, no necesitabas los dibujos. Los dibujos no son para educar, son para entretener, esta genial si de paso aprendes algo, pero no es su función y nadie va a salir peor o mejor por ver dibujos animados sin sentido alguno. Ahí estamos nosotros que veíamos cosas como ‘He-man’, ‘Mazinger Z’ o los ‘Caballeros del Zodiaco’, que esa lógica deberíamos pasarnos el día dándonos de hostias y en cambio aquí estamos, aplanando el trasero en nuestra silla cual Mr. Gus delante del ordenador y echando pestes porque os han cambiado los esquemas. Ni siquiera esa premisa es cierta. Existen cantidad de series de animación que de vez en cuando dejan caer algún dato interesante sobre ciencia por ejemplo, vemos más diversidad y el rol de los personajes femeninos ha dejado de ser siempre el mismo, en segundo plano y solo como acompañamiento.

No hay que olvidar de que quien hace estas series son personas que rondan los treinta o los treinta y cinco años, que probablemente se han criado con las mismas series que nosotros, que han bebido de los mismos referentes y que gracias a que la animación es un medio muy flexible han podido desplegar toda su creatividad en ella. Si tuvieran la etiqueta de infantil, si no hubieran generado las expectativas que el público adulto tiene en cuanto a programas dirigidos a ese público y no se asociara niños a estúpidos integrales, tal vez se mirarían estas creaciones con otros ojos, y se disfrutaría de la complicidad que hay en ellas, que no excluyen ni se olvidan de los adultos. Y recordad que si aun así sentís la necesidad de regodearos en tiempos pasados, siempre podéis veros algún episodio de ‘Historias Corrientes’ y explicarle al mocoso incauto que tenéis al lado que mierdas es eso de un cassete o un VHS, seguro que os odiará mucho menos que si en lugar de eso no paráis de decirle lo malos que os parecen los dibujos de ahora.

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